El dolor crónico es una sensación desagradable y persistente que puede afectar cualquier parte del cuerpo. Es una percepción subjetiva que varía en intensidad y puede dificultar la realización de actividades cotidianas, impactando negativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.
Este tipo de dolor se clasifica según la zona afectada:
A diferencia del dolor agudo, que actúa como una señal de advertencia y desaparece una vez que la causa se ha resuelto, el dolor crónico persiste durante más de tres meses, incluso después de que la lesión inicial haya sanado. Este dolor puede interferir en la vida diaria, disminuyendo la autoestima y provocando depresión.
Vivir con dolor crónico puede parecer abrumador, sin embargo con el manejo adecuado, es posible mejorar significativamente la calidad de vida. Hábitos saludables como mantener un buen patrón de sueño, evitar el tabaco y gestionar el estrés son cruciales para aliviar los síntomas.
Desde 2004, el Día Mundial del Dolor se celebra anualmente para concienciar sobre la importancia de encontrar soluciones efectivas para reducir el sufrimiento causado por el dolor crónico.
El dolor crónico puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo, causando sensaciones desagradables y debilitantes. Sus síntomas comunes incluyen:
El dolor crónico puede originarse por diversas causas, incluyendo:
¿Se puede prevenir este tipo de dolor? Aunque no siempre es posible prevenir el dolor crónico, existen estrategias para minimizar el riesgo, como: