¿Por qué es importante la alimentación durante un cáncer?
Tanto los pacientes como los familiares deben saber que una correcta alimentación minimiza las complicaciones digestivas, mantiene un buen nivel de defensas, permite cumplir el tratamiento en el periodo establecido y, como consecuencia, mejora la calidad de vida del paciente.
El estado nutricional tiene una gran importancia en la enfermedad debido a que influye en la evolución y en la respuesta del tratamiento.
¿Cuáles son los objetivos de las recomendaciones nutricionales para el paciente con cáncer? Evitar la desnutrición y las complicaciones que se pueden derivar de la misma. Mejorar la tolerancia a los tratamientos antineoplásicos y favorecer su eficacia. Mejorar la calidad de vida del paciente con cáncer.
¿Cómo afecta el cáncer a la alimentación?
La enfermedad y la terapia pueden modificar el sentido del gusto del paciente. Se suelen percibir de forma alterada la temperatura de los alimentos, el olor y el sabor -menor sensibilidad para el sabor dulce y mayor del salado y amargo-.
Además, cada paciente presenta unas reacciones adversas distintas ante el tratamiento oncológico: vómitos, diarreas, estreñimiento, mucositis, xerostomía…
¿Qué alimentación debe seguir una persona enferma de cáncer?
En líneas generales, el enfermo oncológico debe seguir una dieta equilibrada, rica, que cubra todos los grupos de alimentos, atendiendo a sus gustos, y siempre en cantidades suficientes, de forma que se cubran todos sus requerimientos y particularidades.
¿Cuáles son los principales riesgos alimenticios durante esta enfermedad?
El cáncer es una enfermedad multifactorial, con tratamientos distintos. Pero un factor que tienen en común muchas de las personas que lo padecen es la desnutrición, y su manifestación más habitual, la malnutrición proteico-calórica y las deficiencias en vitaminas y minerales. Como consecuencia de este déficit nutricional, se puede producir una alteración en el sistema inmune o intolerancias a terapias neoplásicas, por ejemplo.