La hipertensión arterial es una de las enfermedades crónicas más comunes, y muchas veces pasa desapercibida. No duele, pero puede tener consecuencias graves si no se controla: desde problemas cardiovasculares hasta daño renal o deterioro cognitivo.
La alimentación puede ser una gran aliada en el control de la hipertensión, junto con el tratamiento médico cuando este es necesario.
Se considera hipertensión cuando la presión arterial es igual o superior a 140/90 mmHg en varias tomas.
Sus causas pueden ser:
✅ Frutas y verduras frescas
Ricas en potasio, fibra y antioxidantes. El potasio contrarresta el efecto del sodio.
✅ Legumbres, avena y frutos secos sin sal
Aportan fibra y grasas saludables que protegen tu sistema cardiovascular.
✅ Aceite de oliva virgen extra
Rico en polifenoles que ayudan a mejorar la salud arterial.
✅ Pescado azul (salmón, sardina, caballa...)
Fuente de omega-3, con efecto antiinflamatorio y vasodilatador.
✅ Agua, infusiones y bebidas sin azúcar ni gas
La hidratación adecuada es clave para mantener el equilibrio del cuerpo.
🚫 Embutidos, quesos curados y snacks salados
🚫 Pan blanco, bollería industrial y comidas precocinadas
🚫 Refrescos, bebidas energéticas y alcohol
🚫 Exceso de sal en comidas caseras
Consejo: No se trata solo de “quitar la sal”, sino de reducir alimentos procesados ricos en sodio oculto.
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